Captain's Weblog

El Revisionista

***OJO, SPOILERS***
No deberían serlo, pero, ejem, hace un par de semanas estuve metido en una charla con un grupo de adultos que no sabían cómo terminaba (incluso quién era; y mucho menos que se basaba en una novela) el monstruo de Frankenstein.

Mi niña es, bueno, pelín sensible como su papá.
Ahora, lo que quiere es que cada dos por tres, sobre todo antes de irse a dormir, le explique el "cuento del mono grande" (supongo que inspirada por la cara de alucinado que pone papá cuando vé por la tele los reportajes sobre King Kong). En serio, intento disimular, porque Gloria no quiere bajo ningún concepto que enfrikice a la pobre niña; pero es difícil, cachis.

Gloria insiste en que cuentos como La ratita presumida, Hansel y Gretel o Pinocho son más edificantes y pedagógicos; pero Natalia quiere a Kong, le mola Kong, le gusta más que a Frank Cho, seguro.

Lo que pasa es que las primeras versiones del cuento-King-Kong-para-jovencitas-antes-de-ir-a-dormir afectaban bastante a Natalia: llanto desconsolado cuando Kong se moría.
No le importa que dinosaurios se coman a personas o que tiburones con veinte hileras de dientes destrocen la línea de flotación de un barco; pero Natalia se entristece a lo bruto si insinúas que Kong se cae del Empire State Building.

Supongo que ya tendrá tiempo, mientras crece, de enterarse del terrible final de Kong, igual que, cuando creces, te enteras de que los indios fueron masacrados y exterminados por los vaqueros, así que hemos aplicado un poco de revisionismo a la historia:

"Érase una vez unos señores que querían hacer una película (porque las películas, como los cómics que hace papá, se hacen y luego se ven en la tele o en unos lugares que tienen una pantalla muy grande y te dan palomitas y se llaman multisalas). Los señores cogieron a una nena como actriz (porque los señores que salen en las películas se llaman actores si son nens y actrices si son nenas). En un barco se fueron a una isla que se llama... la Isla de la Calavera. Y se pusieron a trabajar. Pero unos señores negritos que vivían allí se llevaron a la nena. Los negritos tenían miedo de un mono grande que se llamaba King Kong, y querían regalarle a la nena para que se la comiera con un camión de Petit Suisse y no se enfadara. Pero a King Kong le gusta la verdura que es muy buena, como la que cenas tú, así que has de comer mucha verdura y pescado para hacerte grande como King Kong. Y la nena, además, era muy guapa y King Kong se enamoró; o sigui, que la estimava molt. King Kong se llevó a la nena a su casa y allí vinieron unos dinosaurios dolents que se los querían comer. Pero Kong era muy fuerte y los ganó a todos, pero él no empezó a pegarles; fueron los dinosaurios, que a veces son un poco malos como los niños que pegan en el patio del cole y que luego los castigan en la pizarra. Luego, King Kong se quedó dormido, y los señores que estaban haciendo la película lo ataron, lo pudieron en un barco y se lo llevaron a una New York, que es donde el papa te compró el muñeco Pez gigante, porque Kong come Caramelos Pez que son como taxis de grande. Cuando los señores de la película enseñaban al gorila al alcalde y a la gente, le hicieron muchas fotos. Fash-fash-fash! Kong se asustó y rompió la ciudad. También cogió a la nena y se subió a un edificio muy alto que se llama Empire State. Luego vinieron aviones y le dispaaron petardos malos porque había roto la ciudad. Peor la nena les decía que no le tiraran petardos, que se portaría bien. Entonces, Kong resvaló y se cayó al suelo, y se hizo pupa en el pie. Entonces la nena le explicó al alcalde de New York que Kong se había asustado y que no rompería más casas y que se portaría bien y no jugaría con los enchufes y con el mando de la tele. Y entonces le dieron muchos plátanos a Kong y le dieron trabajo vigilando a dinosaurios en un parque de atracciones en otra isla que se llamaba Isla Nubla. Y, cada fin de semana, la nena le iba a ver y le llevaba plátanos, peras y melocotones porque a Kong le gusta la fruta. Y colorín colorado, este cuento se ha... acabado".

Mañana, Kong va a Tokio y conocerá a Godzilla. Harán la carta a los Reyes y pedirán un juego de construir casas. Luego lo pisarán cuando no miremos.
:-)

Escrito por Cels McClane a las 12 de Diciembre 2005 a las 12:05 PM