17 de Febrero 2012
Caspar David Friedrich y la realidad aumentada en la Era Romántica.
Creo que fue entre 1987 y 1988. Quizá un año antes.
En televisión emitieron unos documentales que, creo, se titulaban La Era Romántica.
Como fan de Shelley, Byron, Novalis y compañía, aquellos documentales (gran parte de ellos dramatizados, como en Cronos) me fascinaron. Toda esa imaginaría romántica me llevaría luego a convertirme en lector de las Brontë, Victoria Holt o Jane Austen (y luego, en otro género aunque con un mismo marcado carácter femenino, a Dorothy Parker) aunque en el autobús te miraran 'raro'.
Entre las imágenes de la careta del programa aparecían retratos y pinturas creadas durante el Romanticismo. La que más me llamaba la atención: la imagen de un hombre contemplando un mar de nubes desde lo alto de una montaña.
Mi profesora de literatura no consiguió localizar le cuadro. Yo tampoco, y eso que me pasé horas hurgando en bibliotecas. Fue mi profesor de Historia del Arte quien me dio título y autor, pero lo apunté en una carpeta junto a las fotos de Harry el Sucio, Superdetective en Hollywood, Raquel Ward y Depeche Mode, y la carpeta se quedó olvidada en una cabina de teléfonos (no sabéis el tiempo que tuve que dedicar a rehacer los apuntes del colegio).
El otro día, por casualidad, encontré el cuadro por internet y situé a su autor Caspar David Friedrich (Greifswald, 5 de septiembre de 1774 - Dresde, 7 de mayo de 1840).
Y su obra es impresionante. En serio, es realidad aumentada en pleno Romanticismo.
Esa es la buena noticia. Ya tengo MI cuadro.
La mala noticia: algo que todavía no me había planteado y que ha surgido cuando preparábamos un trabajo sobre Matisse con mi hija. Problema gordo: de un mismo cuadro he encontrado hasta una docena de variaciones en el color. O sea, que a menos que conozcas el original, no sabes si esa ilustración que te estás bajando es realmente así. Y ocurre también con webs oficiales, donde ni tonalidades ni paletas son las correctas.
Podemos pensar: "bueno, menos en la obra original, incluso las imprentas varían los colores"; pero, por lo general, la variación sobre el original es mínima. No me imagino una reproducción de un cuadro en un libro de Taschen donde te cambien un azul por un verde, o cosas peores.
Aconsejo tener cuidado con esto y, ante la duda, acudir a la biblioteca en busca de otras reproducciones.
Mientras, al fin puedo mirar las nubes de Friedrich (o unas que se le parecen mucho) desde el escritorio de mi Mac. Romanticismo puro y duro en la vena.
¡Hombreeee, el Caspar! A mí me entusiasmó en el instituto también, pero para mi profesor de Arte no era santo de su devoción… y me miraba raro (claro que meses antes le pedí que me ampliara la información acerca del pintor Valdés-Leal y ya nada le podía sorprender en ese sentido). Mi cuadro favorito es "La abadía en el robledal". Valdemar lo usó para la cubierta del primer o segundo libro que editaron: "La puerta abierta", de Margaret Oliphant. Edición recomendabilísima que sólo se encuentra de segunda mano (yo lo adquirí hace ya años, con mucha fortuna, en la librería de Valdemar en Madrid).
Escrito por: Z0MBI a las 17 de Febrero 2012 a las 01:10 PMhombre, mira, en esto te puedo aconsejar! XDD
date un garbeo por esta página: http://www.artcyclopedia.com/artists/friedrich_caspar_david.html
usaba artcyclopedia para buscar las obras de mis pintores preferidos, pero lo curioso de esta base de datos es que usa las bases de datos de las webs de los museos. es decir, mejor, imposible, porque los museos son quisquillosos por como salen los cuadros en sus webs. eso si no busques leonardo Da Vinci en el Louvre: mueres antes de terminar!
y de Matisse tiene una edicion alucinante Taschen (que me compré tb para otro trabajo, y no me arrepiento en absoluto, y eso que no es de mis autores favoritos)
Escrito por: belituca a las 18 de Febrero 2012 a las 01:16 PM