Captain's Weblog

Media luna en el jardín del bien y del mal.

Una reflexión rara.

Creo que a todo el mundo le gusta sentirse especial en algún momento.

La primera vez que me sentí especial en algo relacionado con los cómics (poco después me sentiría MUUUUUUUUUUUY especial cuando Carlos Giménez me firmó y dedicó un dibujo en un Paracuellos, y cuando me dijo: "¿Pero tú no eres muy jovencito para leer estas cosas?") fue cuando tomé conciencia de que dentro de los fans de Marvel existía una sub-especie a los que les gustaba mucho un personaje considerado "menor": El Caballero Luna, Moon Knight.

Sí, hay también pseudo-grupos que sienten una (a veces) no declarada admiración por personajes como Rom, Micronautas, Sargento Rock, Starlord o Zarpa de Acero;y siempre están un nivel por debajo (o al lado, pero en otra dimensión) de los "selectivos" que flipan con Nick Furia o Guy Gardner, porque éstos quizás conecten mejor con más fans, la mayoría treintañeros o más veteranos (sencillamente, son más). Aparte, y en otro plano astral, se cuentan por millares los que se consideran fans de personajes mainstream como Spiderman, Batman, Superman o Los 4 Fantásticos.

Luego están los pervertidos a los que les gusta Howard el Pato, el Caballero Negro, Hércules (!!!) o, no sé, Vance Astro...

Pero ver anunciado el Essential del Caballero Luna y notar el escalofrío en la espina dorsal te mete de cabeza en el primer grupo mencionado.
Y es que para ser fan del Caballero Luna... O mejor dicho, para seguir siendo un fan del Caballero Luna, debes tener la fuerza de voluntad y la paciencia del Vigilante, porque son contadas las etapas donde se le ha tratado de puta madre; no muchas las historias con gancho que ha protagonizado; y casi nula su repercusión en el resto del Marvel Universe. Pero el duelo a espada con Lupinar no se olvida, ni el helicóptero, ni el pasado como mercenario, ni ese uniforme tan cojonudo en manos de algunos autores, y tan ridículo en las pezuñas de otros.

Que yo recuerde, al menos en esa época, con conocimientos limitados en tema comiquero (me refiero a poco después de haber descubierto Rampaging Hulk, edición Vértice, recién salida en el kiosco), el Caballero Luna, Marc Spector, era uno de los pocos superhéroes que tenía una mujer que, además, conocía su faceta de "espectro nocturno" y le ayudaba en esa tarea, mientras la mayoría de supertipos debían esconder su doble identidad a novias, familiares y animales domésticos.

De todas formas, siempre me daba la sensación de que Moon Knight era, nos é, como un superhéroe al que los demás superhéroes no invitaría a su fiesta de cumpleaños, ¿sabes? El típico tío al que le quedan fuera de lugar frases o actitudes que vemos normales en tipos con cabeza de calavera ardiendo que pilotan una moto infernal o en surfistas con acento teutón que agitan martillos y hablan como si hubieran visto demasiadas veces Excalibur; o peor, Ivanhoe...
¿Se harían Los 4F una foto con él? Mmmmmm.

Era el típico desplazado.

El Caballero Luna, sin embargo, era elegante, era duro, era sarcástico y nació (o resucitó) de la pluma de un Sienkiewicz nealadamerizado (la palabra no es mía) que luego también le daría otros grandes momentos, que nunca está de más recuperar.

Y no hay revival que le haga justicia, en serio. Es como si fuera un personaje de otro tiempo que no tiene cabida en nuestra época.

Es difícil encontrar fans del Caballero Luna.

Fans con habilidades especiales que les permiten seguir teniendo cariño a este personaje al que Konshu no ha podido proteger de algunos de los autores más desconsiderados del planeta. :-)

Tengo que decidirme a ofrecer pasta a Tomás Pardo por los originales de Moon Knight que tiene guardados bajo llave.

Escrito por Cels McClane a las 17 de Junio 2006 a las 10:00 AM