21 de Septiembre 2009

...y Zombies Feedback 03.

Me encantaban las carátulas de cintas de vídeo de Warner. Tenían una textura rugosa muy especial, un tipo de papel que recordaba a las portadas de los libros de Alianza Editorial. Además, las fotografías y dibujos estaban estampados con una calidad que contrastaba con la de otras carátulas como, por ejemplo, las de las películas de terror de serie B y C y Z que podían encontrarse en Video Instan, por entonces, a mediados de los ochenta, el video-club más nutrido de Barcelona junto con el video-club Vergara.

Entre esas películas de terror de distinto calado, sobre todo las tardes de verano, acompañado de los colegotes, hasta arriba de comida que nos servían nuestras madres y abuelas, nuestros estómagos se pusieron a prueba con La profecía (y secuelas de Damien), Street Trash, Viernes 13 y secuelas, Bad Taste, Halloween y secuelas, Amityville y secuelas, Piraña y secuela, Toxic Avenger y secuelas, Phantasm y secuelas, Ghoulies, Critters, Dario Argento y sus cosillas, etc.

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Descubrimiento científico: veía una película de terror y lo pasaba fatal en el momento, pero luego se olvidaba el tema y a buscar más slasher. Pero veía una película de zombies, y las pesadillas me duraban un par o tres de días.

Nunca he creído del todo en lo de los sueños recurrentes, sobre todo porque es un recurso muy utilizado en la literatura y el cine de terror y parece algo sacado de la ficción; pero repaso Dawn of the Dead (y demás Romerías), 28 Días Después, The Zombie Diaries, Dead Criatures, Rec o Nueva York bajor el terror de los zombies (incluso Braindead o Shaun of the Dead), y me aseguro una noche de sobresaltos y de sueños de asedio zombie que se prolonga algunos días.

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La peor experiencia al respecto: haber leído World War Zombie de Max Brooks.
Secuelas: no dormí bien durante la semana en que estuve disfrutando (sufriendo) del libro.

Y, por lo que he visto en foros, por comentarios de fans y autores/directores que se meten en el género, algo parecido les ha ocurrido a ellos: los zombies aterran y apasionan a la vez. Te tienen que gustar las emociones fuertes para echar unos tiros al Resident Evil... Hay que tener algo averiado en el cerebro para ver una y otra vez El Príncipe de las Tinieblas de Carpenter... ¿Qué empuja a un cinéfilo a pasarse en YouTube una y otra vez los créditos iniciales del Dawn of the Dead de Snyder (dijo Quentin Tarantino que ese pequeño fragmento era la mejor película que había visto aquel año 2004)? Yo lo hago... Glglglglglglglgl...

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No hace falta que sea de noche, son monstruos que atacan a la luz del día. Son caníbales, son una horda, no se puede razonar con ellos, no se les puede matar con plata, estacas, ajos y crucifijos. Y dan asco, mucho asco.

Por eso, los zombies molan. Por eso, he empezado a dibujar Deadfan, coincidiendo con una época doradísima de este sub-género, donde todos los fans de los zombies están saliendo del armario y, como una legión de no muertos, se agrupan en webs y blogs de todo el mundo expresando sus miedos.

Deadfan constará de escenas de una o dos páginas, englobadas en una crisis de infestación zombie dentro del nuevo Universo Fanhunter.
En muchas películas de zombies se coloca un componente de humor, ya sea en los mismos encuentros con los zombies (por lo patéticos que son) o en esas escenas de "transición" entre masacres, donde el espectador puede relajar un poco las neuronas entre tanto festival gore. Deadfan se mueve por esos derroteros, aunque huirá de la parodia directa del género, algo de lo que se encarga ya otra gente con desiguales resultados..

Y como apunte final, permitid que os describa una de las anécotas más terroríficas que recuerdo, porque, supongo, se produjo antes de que los directores de cine empezaran a filmar a los zombies con técnicas realistas: video casero, cámata en mano, falsos noticieros super logrados. Lo que yo vi, fueron zombies de verdad. :-) Me explico.
Cuando el huracán Katrina assló New Orleans en 2005, todos nos quedamos conocionados por las imágenes que retransmitían en televisión.
Pero me dio un salto el corazón cuando, en el Telenoticies, emitieron una imagen aérea de una calle de la ciudad totalmente inundada y, borrosas, torpes, caminando por el agua, lentas e inseguras, se veían a varias personas caminando entre los edificios destruidos...

Eran como zombies. Y eran aterradoramente reales, se estaban viendo por las noticias.

Esa imagen me costó dos noches de pesadillas.
:-)

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Escrito por Cels McClane a las 9:44 AM | Comentarios (9)

17 de Septiembre 2009

DEADFAN

Primera prueba, en versión Beta, de DEADFAN.

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VER DEADFAN

Consulta: estoy censando a estos bichos, y a los zombis de velocidad media/lenta los coloco en la Categoría Romero. Los que se arrastran por el suelo también lo tengo claro, Categoría Bava (por Mario Bava). Pero, ¿y los rápidos? ¿Categoría Boyle por 28 Días Después? ¿Categoría Snyder por la nueva Dawn of the dead?
¿O me olvido alguna mejor?
:-)

Escrito por Cels McClane a las 1:47 PM | Comentarios (30)

15 de Septiembre 2009

Bodhi

No era el más guapo, ni el mejor actor.
En cambio, esa cara de chulo de barrio no le impidió estar en algunos de los momentos álgidos del cine ochentero/noventero, desde su estatus de "hermano mayor" del Brat Pack, hasta sus últimos pero intensos papeles entre los que se cuentan Donnie Darko o 11:14.

Pero si tuviera que organizar un ciclo cinéfilo de Patrick Swayze, seguramente dejaría fuera a bailarines, nordistas y sudistas, y fantasmas, y me quedaría con otras pequeñas joyas donde su presencia era inolvidable.

The Outsiders (1983), sí, los Rebeldes de Coppola.
Más allá del valor (1983), o cómo liberar prisioneros en Vietnam sin John Rambo ni James Braddock.
Amanecer Rojo (1984), de John Milius; y están preparando un remake, pero creo que con chinos invadiendo USA, en lugar de rusos y cubanos.
Forja de Campeón (1986), o sea, Youngblood, con Rob Lowe.
Road House (1989), eso sí que eran peleas, joder.

Y, por supuesto, Point Break (1991), Le llaman Bodhi, película obligada al menos una vez cada dos veranos, como Tiburón.

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La escena de Bodhi y Utah esperando LA OLA es un momento ya clásico del cine de acción.

Descanse en paz.

Escrito por Cels McClane a las 4:02 PM | Comentarios (8)

10 de Septiembre 2009

Zombie feedback 02.

Mis padres compraron un apartamento en Cubelles, a unos 50 kilómeros de Barcelona. Antes de que el cemento se comiera el litoral, la zona de detrás de la vía donde construíamos "cabañas" y los caminos donde investigábamos en busca de tesoros, Cubelles era el reflejo de Castle Rock, de los veranos interminables, de las mañanas de playa y de las tardes en La Jijonenca, de las visitas a la casa de Charlie Rivel (me aulló una tarde, junto a mis amigos, y nos dio caramelos, os juro que y ese momento no lo olvidas jamás), de los paseos ante la casa de Vicente Segrelles, en la cual pude entrar ya como adolescente, y donde vi las pinturas de El Mercenario cuando todavía olían a eso, a pintura fresca. :-)

Fue en Cubelles donde empezó mi fascinación por los zombies.

Teníamos dos tradiciones que se repitieron muchos veranos. La primera: cada noche ayudábamos a las chicas a subir sus bicicletas a los pisos de arriba del bloque de apartamentos. Cómo pesaba la Motoretta de Eva, jolines. Luego nos sentábamos en la escalera, casi siempre a explicar historias de miedo. De ahí, como ya he explicado, surgió la pasión por Lovecraft.Segunda: una vez a la semana, íbamos al cine, primero a las sesiones de tarde y luego, a las de noche.

Se trataba de un cine cutre, con asientos roídos y hechos polvo, pero limpio y acogedor, sobre todo en las tardes o noches de lluvia, o cuando se acercaba el otoño y empezaba a refrescar. Fue allí donde descubrí el miedo (La Cosa, Tiburón, El Beso de la Pantera...) a base se proyecciones de películas mutiladas a las que, en serio (queridos lectores de menos de 20 años) Tarantino hizo justicia en las dos partes de Grindhouse: defectos en la pantalla, sonido deficiente, cortes, parones...

"Mira, cuando aparece una marca negra en la parte de arriba, quiere decir que cambian de rollo", me decía papá.

Pero el miedo se convirtió en terror cuando vi las fotos.
Debo insistir en el contexto: aparte de Fila 7 (creo, o quizá otro pograma similar), no había programas de cine en televisión; los trailers escaseaban; revistas como Mad Movies, Fangoria o Cinefantastique no existían o no llegaban a España... Habían pocas películas en Betamax o 2000. Lo más parecido a un ordenador que teníamos era una calculadora Texas... :-)

La única forma de estar enterado de cosillas acerca del género de Terror (todavía no había descubierto el Festival de Cine de Sitges) era a través de las páginas de cómics como Vampus, Monsters o Creepy...

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Por eso, supongo, me impactaron las fotos promocionales que colgaban junto a la taquilla del cine, o sea, las típicas láminas apaisadas con la instantánea de una escena y, debajo, una franja con el título de la película (en años posteriores, me hice amigo del señor que colocaba los pósters y las fotos, y conseguí que me fuera regalando carteles, dípticos y fotografías que todavía conservo, sobre todo el cartel original de La Cosa de Carpenter...).

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Me quedé pasmado con las fotos de una película titulada ZOMBI.

ZOMBI.

Hasta el nombre daba miedo.
Y la fotos, buf, qué pesadilla: gente con la cara blanca intentando morder a personas que llevaban uniformes y ametralladoras parecidas a las de Los Hombres de Harrelson, un tipo con la cara deformada y lleno de sangre, gente corriendo hacia un helicóptero, motoristas (hey, luego supe que era Tom Savini) atacando a muertos vivientes...

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Daniel, mayor del grupo, me dijo que esa película "es de gente muerta que resucita y se comen a los vivos".

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Qué asco. Qué guay.

No recuerdo qué película fui a ver esa noche, pero sí recuerdo perfectamente esos fotogramas. He intenté ver la película de zombies acompañado de mi padre dos noches después, pero las entradas se habían agotado...

Y es entonces cuando, supongo, el Gen Fan te contamina y no paras de buscar información sobre esa película (en el Mercado de San Antonio, en la Biblioteca de Cine de la Generalitat, en las tindas que vendían memorabilia cinéfila...) Y fue el Padre Manolo, mi profesor de cine, el que me habló del género de los zombies, todavía en proceso de popularizarse, y de películas como La Noche de los Muertos Vivientes, Nueva York bajo el Terror de los Zombies, White Zombie y todo el giallo italiano.

Sólo la idea de una ciudad semi desierta poblada por esos seres caníbales (y sabía que los caníbales daban muy mal rollo, porque mis padres y mis tíos, durante una cena, comentaban las fotos del Interviú; y no hablemos del dichoso cartelito de Holocausto Caníbal) ya me causaba mucha inquietud.

Mi amigo Santidrián, fan de Mad Max como yo, me consiguió la primera cinta de vídeo betamax que contenía una película de zombies, alquilada en Video Instan. Tendría, no sé, ¿11/12 años cuando la vi? Gglglglglglglglglg.

Cotinuará.

Por cierto, una errata: en el anterior post comenté que había descubierto una historieta ATERRADORA de Los Crímenes de la Rue Morgue en Creepy; pero es incorrecto: el cómic era Vampus, en concreto la portada que he publicado más arriba.

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Escrito por Cels McClane a las 11:49 AM | Comentarios (6)

8 de Septiembre 2009

Zombies feedback 01.

Los zombies llegaron después.

Acompañado de una copita de un buen priorat, disfrutando de un puro filipino y aprovechando que las niñas están en el "casal", acabé de ver Déjame entrar (qué peliculón, qué maravilla...) y me puse a reflexionar sobre los origenes de mi afición al cine y la literatura de terror.
Acerca de los principios de mis miedos fílmicos; porque muy a menudo, lo que me da miedo, me fascina. Por eso me gustaba tanto el título de aquel libro que intenté recuperar para el Festival de Cine de Sitges: Terrores Íntimos.

He llegado a la conclusión de que entré en el género acompañado por todo aquello que, más que asustar de forma normal, de forma anecdótica, me aterrorizó cuando era niño y me impulsó a salir ahí fuera en busca de más... MIEDO.

Por orden cronológico.

-Las narraciones que mi amigo Santi hacía de los libros que leía de H. P. Lovecraft, las noches de verano en Cubelles, y que me engancharon a este autor para siempre. Sobre todo, lo pasé mal con Las Montañas de la Locura.

-Leer El Monte de las Ánimas, de Gustavo Adolfo Bécquer.
Qué miedo.

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-Ver, desde mi habitación, con la puerta entreabierta, el Drácula de Terence Fisher, el de la Hammer.

-Ver los programas de La Puerta del Misterio, del Profesor Jiménez del Oso, los viernes por la tarde. La carátula me daba mucho miedo. Él me daba mucho miedo.

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-Mi compañero de colegio, Hugo Tejedor del Pozo, enseñándome "algo realmente asqueroso y de película de crímenes": el número de la revista Creepy que contenía la historia de Los Crímenes de la Rue Morgue. Así decubrí a Edgar Alan Poe...

-Phantasm... :-)

-Leer La casa en el confín de la Tierra, de Hogdson, y cuyos seres con cabeza de cerdo me persiguieron en muchas pesadillas.

-Leer It, de Stephen King.

No creía en los sueños y las pesadillas recurrentes hasta que me acordé de Hogdson... y hasta que llegaron los muertos vivientes.

Escrito por Cels McClane a las 12:44 PM | Comentarios (11)

4 de Septiembre 2009

Los Hombres Libro


Como si fuera Joshua, el ordenador de Juegos de Guerra, llevo una semana simulando, viviendo una y otra vez, el fin del mundo y sus consecuencias post-apocalípticas.
Siempre he sido un gran fan del género, supongo que influenciado por películas como Soylent Green, Mad Max (2), La Hora Final y otras perlas del género, además de los obligados libros que, hard o soft, tratan el tema del apocalipsis terrestre (especialmente, The Stand, de Stephen King, que todavía me pone los pelos de punta cuando rememoro la salida de New York por los túneles).

Como subgénero favorito (en un post posterior, voy a intentar psicoanalizarme para intentar comprender por qué me gustan tanto las películas y los libros de zombies), me decanto por el cine de muertos vivientes, y ante la Edad de Oro que vive esta faceta del terror y del gore más explícito, he decidido revisitar todo tipo de obras relacionadas y documentarme para las nuevas tiras de humor gore-decadente que estoy preparando. DEADFAN.

Además de los zombies clásicos, estoy rastreando qué más hay por ahí fuera y, ¡¡dios mío!!, me he sorprendido a mí mismo leyendo el Zombie Island de David Wellington y disfrutándolo (está muy lejos de la GENIALIDAD de World War Z de Max Brooks y su Guía de Supervivencia, pero de lo pasado de vueltas que es Monster Island -título original-, entretiene un montón, y no me extraña que el libro de Wellington se esté vendiendo como churros).

Así descubrí, gracias a tertulias (gracias, Luís) y a fisgar por Internet, cosillas interesantes, raras, horribles, alucinantes y/o estupendas que van desde los Autumn de David Moody Imposibles de encontrar; por alguna razón se han congelado los derechos, y se venden libros usados a precios astronómicos) hasta las novelas de zombies parlanchines de Brian Keene.

Para ampliar más el ámbito referencial de DEADFAN, estuve refrescando la memoria en Amazon y Barnes and Noble, donde puedes buscar libros por género, autor, etc, y entre "zombie" y "apocalipsis" he ido saltando de libro en libro, de película en película, y encontrando personajes, tópicos, situaciones y escenarios que parodiar y que quizá se me pasarían por alto, además, claro, de volverme un poco loco comprando libros que quiero guardar en mi biblioteca.

Uno de los libros de OBLIGADA lectura acerca del tema (post-apocalítpico, no zombie) es La Tierra Permanece de George R. Stewart (Earth Abides, 1949, el mismo año en que se publicó 1984, por cierto), y estaba anotando el referente cuando decidí ver los comentarios, las evaluaciones, de los lectores. Y fue así cuando encontré una reseña del libro escrita por un señor de Philadelphia, de 67 años, que lo había leído por primera vez... ¡¡hacía 30 años!!

El señor explica cómo lo tomó prestado de una biblioteca, las sensaciones que le transmitió y cómo ese libro mantiene su frescura en la actualidad.

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Puede parecer lo más normal del mundo que alguien reseñe un libro que lleva 30, 40, 50 y más años publicado, claro; pero la forma que tenía este señor de transmitir a su vez sus experiencias como lector está redactado de una forma tan fresca, sincera y experimentada, que te contagia las ganas de leerlo. Y se nota cierto amor por los libros, por la literatura, por las obras que se han leído durante toda una vida (muchas, por lo visto, en el caso de este señor).

Es un hombre-libro, como los de Bradbury. Y puestos a curiosear entre los grupos de reseñadores, hay muchos más así a los que, en serio, Amazon y Barnes and Noble, o quien sea, deberia premiar por este trabajo de promoción sentimental, de recuperación de la memoria, porque no es fácil inspirar la lectura con tanta agilidad como la de este y otros hombres y mujeres-libro que, con espontaneidad, mantienen vivo el hábito de la lectura.

Son lectores-guía, son una raza aparte.

El otro día, un medio de comunicación que preparaba un reportaje, me pidió que me posicionara de forma sincera acerca del scanneado y subida ilegal de libros, cómics y otras obras a la web. Ya dedicaré otro post al tema; pero como adelanto, aunque me gane enemigos, he pensado que en ese programa tenía que haber sugerido a la gente que se pasa horas y horas delante de un scanner pirateando el trabajo de otros, que se planteara dedicar todo ese tiempo, entre otras cosas mucho más enriquecedoras (colaborar en una ONG, escribir obras propias, plantar árboles...), a ejercer como personas-libro e inocular a la gente el virus de la lectura.


Escrito por Cels McClane a las 12:33 PM | Comentarios (21)

3 de Septiembre 2009

Más de lo mismo...


A mí, este es el que más me gusta...
:-)
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Escrito por Cels McClane a las 5:46 PM | Comentarios (9)

1 de Septiembre 2009

EMPIEZA EL CURSO ZOMBIE

De vuelta de vacaciones, decidí ir a la librería Gigamesh en busca de documentación,vicio y subcultura para enfrentarme al otoño (algo muy David Moody, jurl, jurl) y también para recolpilar info y literatura sobre zombies, al menos lo que me queda por leer (porque de cine, creo que lo he visto todo-todito-todo).

Dentro de nada comenzaré a subir previews de la nueva obra narizona (uno de los títulos rápidamente descartados fue Narizombi), y, en plena era dorada del género walking dead, no pude contenerme cuando el malvado de Ramón me enseñó la frikada máxima: un sobre de plástico que contiene todo un kit de supervivencia en caso de epidemia zombie: advertencias y guía de consejos, adhesivos, indicadores para marcar los cuerpos, cintas DO NOT CROSS de la policía que advierten de un estallido zombie, y muchas más pijadas.

¿Sirve de algo? No, al menos que nos encontremos en plena infestación.
Pero es un kit hermoso, original, retorcido, enfermo y muy pendón que cualquier experto en survival horror debería tener en casa.

Nunca se sabe... :-)

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Escrito por Cels McClane a las 8:32 PM | Comentarios (7)